jueves, 20 de octubre de 2016

LA GRAN COMISIÓN NO ES UNA GRAN SUGERENCIA


Esta semana he escuchado algunos datos interesantes: el primero es que cada 36 horas una persona se suicida, aumentando considerablemente el suicidio en niños y adolescentes. ¿Acaso el dolor está venciendo al alma humana? ¿Las maneras de comunicar tanto dolor se han agotado? ¿por qué llegamos a extremos de disponer de la vida misma? ¿Tan autosuficientes somos? ¿somos los dioses de nuestras vidas, haciendo y deshaciendo a diestra y siniestra? 
Otra historia muy interesante es la de un ex combatiente de guerra que después de regresar de la trinchera fue a visitar a su único hijo que estaba enfermo en el hospital. Siendo aún un niño este padre le inyecta una dosis de sangre con Sida a su propio hijo. Algo inaudito! Hoy el niño tiene ya 28 años de edad y ha aceptado a Cristo en su corazón. Sólo el poder sobrenatural de Dios pudo sanar su corazón, ponerle perdón y verdadera libertad para su vida. Sí! Dios obra y nos lleva a vivir en niveles sobrenaturales, en niveles que la limitada mente humana no puede comprender.  

Otro maravilloso testimonio es el de un joven que vivió muchos abusos físicos y sexuales en la infancia. Creció con daños neurológicos, emocionales y finalmente se dedicó a las artes marciales siendo un excelente medio para desahogar toda su ira reprimida. Aceptó a Cristo y ahora lo sirve con pasión evangelizando a jóvenes delincuentes en cárceles y otros lugares. Este es un hermoso ejemplo de que Dios puede usar el dolor más profundo como una herramienta poderosa de consolación para otros. Creo que el Señor todo el tiempo nos ha infundido aliento. Cristo ha vencido el dolor, los sentimientos de soledad, frustración y desesperanza. Y aunque existe una realidad importante de que el sufrimiento es parte de la vida, debemos considerar que este es un ingrediente necesario de nuestra experiencia en el paso por esta tierra. Unos llevarán cargas más pesadas y otros cargas menos pesadas pero toda alma humana tiene su sombra, tiene sus luchas. Sólo la luz de Jesucristo puede vencer esas sombras del alma de cada ser humano. Su luz vence todo abismo, toda oscuridad.  
Es por eso que nuestra gran pasión es mostrar esa luz! No tenemos una lámpara para esconderla bajo una mesa, es necesario que esté en lo alto iluminando, abriendo camino en la oscuridad aplastante y devoradora. 
"porque en otro tiempo fuimos tinieblas pero ahora somos luz en el Señor; andemos como hijos de luz" (Efesios 5:8) Dios nos da el amor que no tenemos, la luz que no tenemos porque el corazón del hombre es perverso y malvado, no hay justo ni uno solo. Todos necesitamos un Salvador: Jesucristo quien se entregó a sí mismo como ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante para que todo aquel que cree en él no se pierda y tenga vida eterna. Apartémonos del mal y decidamos ser luz en este mundo de oscuridad. Humillémonos, entreguemos nuestra vida a Cristo, renunciemos a nuestra autosuficiencia y seamos siervos por amor a su nombre. 



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